Este 2 de diciembre, Andrés Manuel López Obrador declaró que “No es posible que siga este régimen de corrupción e impunidad. Vamos a empezar desde arriba para abajo. Vamos a hacer todo lo que se pueda para que logremos la paz en el país. Que no haya violencia… Si es necesario… vamos a convocar a un diálogo para que se otorgue amnistía, siempre y cuando se cuente con el apoyo de las víctimas, los familiares de las víctimas. No descartamos el perdón”.
La respuesta a estas declaraciones no se hizo esperar entre actores políticos y sociedad en general. La gran mayoría condenó sin siquiera considerar negociar con los cárteles, a quienes atribuyen los problemas de inseguridad que se viven en toda la República –como si todos éstos fueran consecuencia de los cárteles y tuvieran la misma intensidad en todos los estados. La aspirante a candidata independiente Margarita Zavala expresó que “AMLO quiere amnistía para corruptos y criminales. Su propuesta es un país de impunidad. Yo quiero un México donde se respete la Ley y los delincuentes estén en la cárcel.”Posteriormente enfatizó que Meade y AMLO “ya dijeron que perdonan la corrupción y el narcotráfico” y que en su gobierno hará “una cárcel especial para los corruptos y criminales porque son los que más dañado a nuestro país.”
Por su parte, José Antonio Meade señaló que la idea de las amnistías en un proceso de paz “es un planteamiento que niega de facto, de entrada, un proceso de justicia… plantear la denegación de justicia como principio de política pública es un error”.Añadió, que “para detener este fenómeno de violencia, es necesario reconocer algunos elementos que está dentro de ella como las armas”
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